
No hay mexicanos en la tribuna, todos estamos en la cancha; no hay mexicanos en las butacas, todos estamos en el escenario.
Somos responsables de los aconteceres nacionales, porque somos protagonistas, somos actores, influimos con nuestras acciones o con nuestras omisiones.
En las pasadas elecciones de los estados de México y Coahuila, todo el electorado mexiquense y coahuilense participó: unos cumplieron con su responsabilidad y acudieron a depositar su voto para seleccionar a sus dirigentes, y otros dejaron su destino en manos de quienes acudieron a las urnas.
Pero al final de cuentas todos son responsables de sus acciones y todos sufrirán las consecuencias, para bien o para mal; pero nadie podrá culpar a otro por lo que suceda, todos estaban en la cancha, en el juego, algunos decidieron entregar el balón al de al lado, esa fue su manera de jugar, mientras que otros decidieron tomar partido y jugar a favor de quiénes consideraron mejor.
Ese fue el juego y todos lo jugaron, cada quien a su manera, pero todos lo jugaron y los resultados finales serán consecuencia de la manera como esos todos decidieron jugar.
Todos estamos en la cancha, en pleno juego, si alguien decide tirarse de bruces en ella renunciando a hacer su esfuerzo, es su derecho, pero también habrá renunciado al derecho de quejarse si alguien lo pisa al fragor del juego mismo.
En esta nación, como ya antes se ha insistido, no hay lugar para espectadores, todos somos actores, y ese papel es irrenunciable.
Por un México digno y Unido, hagamos un pacto para tratar de jugar nuestras mejores cartas.
Gracias.
Los Mochis, Sin, a 7 de junio del 2023